La salud empieza por el amor

Muchos de nosotros estamos tan acostumbrados al abuso emocional, que nos es difícil comprender que tenemos participación en cómo nos sentimos y en las elecciones que tomamos en pro o en contra de estar bien, nuestro bienestar.

Amarse a uno mismo no es una acción que surja de forma inmediata, generalmente ni siquiera sabemos que no lo estamos haciendo y, al contrario anidamos sentimientos de auto-devaluación y desesperanza hacia nosotros mismos.

Ei inconsciente, que es la parte dominante de nuestra mente, toma las riendas de nuestros pensamientos, y su tendencia predominante son los pensamientos negativos y catastróficos. Esta tendencia forma parte de nuestra supervivencia como especie, nuestro cerebro tiende a hacer un análisis de riesgo. Al mismo tiempo que este "fatalismo" toma forma, nuestra percepción no distingue la realidad de la suposición. 

Como si fuéramos una batería, este continuo nivel de estrés y negatividad nos va desgastando física y mentalmente, hasta agotarnos. 

Es por esto que, el amor propio inicia con hacer conscientes esos pensamientos y tendencias que hemos normalizado. Observarnos, escucharnos, escribir lo que pensamos sin juicio nos empieza a dar claridad de nuestros hábitos y tendencias. Cuando te descubres, siendo cruel contigo, puedes superponer un pensamiento más compasivo de inmediato (aunque no te lo creas de principio) o simplemente hacerte de un mantra como "todo está bien aquí y ahora"

Cambiar estos hábitos equivale a aprender una nueva habilidad, así como cuando aprendes a manejar, la primera fase tiene que ser super-consciente, pero con la repetición y la constancia, puedes ir modificando la tendencia hacia un pensamiento más amable y positivo y poco a poco, ese amor propio se vuelve parte de ti. 

En este proceso, es importante abrirte a recibir reconocimiento, halagos, bendiciones y cosas buenas sin tener que hacer nada a cambio, mereces ser feliz así, tal cual eres.