El agotamiento que te está enfermando

<<Cuando empecé a enfermar continuamente, simplemente creí que tenía un sistema de defensas defectuoso, que "yo era más susceptible que otros">>.

Todos tenemos una carga de energía; una batería que vamos invirtiendo en el día a día; en el trabajo, en nuestras rutinas, relaciones, preocupaciones, simplemente en funcionar. Sin embargo, cuando no existe un balance energético entre dar y recibir, llega un día en que nos agotamos y, la batería se quema; aunque la recargues durante la noche, se termina más rápido cada vez y a veces, ya no se recarga.

Eso es lo que llamamos burnout; manifestaciones tan aleatorias como: dolor de cabeza, sueño no reparador, sentirnos abrumados por tareas mínimas, irritabilidad y explosiones de enojo o llanto, discusiones continuas, enfermedades recurrentes, son solo algunos de los tantos síntomas que podríamos estar padeciendo sin saber que la causa es, el agotamiento que te drenó todas las reservas energéticas.

Como todos estos indicios no pertenecen a un solo sistema o a un solo órgano, es difícil detectar que su raíz es el estrés crónico que consumió la capacidad de mantener un equilibrio y que se quedó anclado en "modo supervivencia". Para nuestro cerebro, sobrevivir es -la prioridad-; cuando estás "apagando un incendio", no es momento mas que de resolver la emergencia, lo que importa es "conservar la especie".

Cabe mencionar que a este debilitamiento no llegas de un día para otro, fue un cúmulo de años y de situaciones que te fueron consumiendo, como la expectativa de siempre dar "resultados", y sobre todo, hubo una desconexión total con tu cuerpo, tus emociones y la necesidad de hacer una pausa.

Y es que el ruido exterior es tan fuerte, que dejamos de escucharnos, pasamos a segundo plano nuestra voz, como si fuéramos música de fondo a la que realmente no atendemos. Dejamos el atendernos para "mañana", hasta que un día somos rebasados.

Así como llegar a este momento fue gradual, también salir de él toma tiempo, desafortunadamente no hay píldora que te repare instantáneamente. Establecer la conexión mente-cuerpo no es sencillo, pero es el primer paso para mejorar tu condición.

Lo mejor es ir de la mano de un terapeuta o un coach, en conjunto con otros especialistas de salud que te puedan apoyar en tomar los pasos que necesitas hacia tu recuperación, pero tienes que estar consciente que la decisión de ponerte como prioridad a partir de ya, depende únicamente de ti.

No te juzgues, este proceso no se trata de ser una estrella, se trata de aprender a mejorar tu balance energético y recuperar tu salud. Considera hacerte un espacio en tu vida.

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